27 octubre 2004

La Decisión.

Viviré no se si para dejare algún legado al mundo, solo se que el mártir o la victima que vivían en mi acaban de morir; los he matado con un arma silente y mortal. He decidido asesinar todo lo negativo en mi, y caminar por la senda de la vida con mi frente en alto; empuñando en mi mano el arma asesina y no me arrepentiré de ese homicidio; por que me he propuesto a no mirar atrás y hacer de mi pasado, un libro de reglas para eso que llaman vida. En existencia escribiré un futuro que ya no será incierto por que me he propuesto a ser dueño de ese futuro; futuro que caligrafiare una y otra vez con esa arma asesina que siempre llevare asida a mi mano, esa arma que llamo: la decisión. Escrito por Jairo Hidalgo Erickson (ORIAJ.)

26 octubre 2004

DESTINO INCIERTO

Los perros ladran en esta noche oscura y fría, solo el resplandor de la luna llena y el manto de la noche me hacen preguntarme que rumbo debe tomar mi vida, el aullido de un perro me hace sentir escalofríos y me hace ver cuan solo puedo llegar sentirme. La soledad embarga todo sentimiento de alegría en mi. Estoy nadando en el océano de la soledad, nado buscando una embarcación que me rescate; nado buscando una isla donde pisar, encontrar comida y prender una fogata que me caliente el alma. Siento que mi vida gira alrededor de un destino incierto, solo yo; puedo lograr ese control que necesita mi vida para parar y matar todo esto que me esta matando. ORIAJ.

14 octubre 2004

Tú haces mis sueños (Vol.2)

Entre abro los parpados, acabo por despertar. He visto asomarse el sol a la ventana por donde miro el mundo, me levanto y camino hasta el umbral a través del cual reposo, ahora de un modo algo distinto. Pues no te veo al asomarme, y vuelvo y miro y ya no veo al sol; solo veo a la triste noche aunque estrellada en ocasiones que me cubre con su sello de sobriedad. Cuanto deseo un despertar; un despertar con el sol que me abraza y reconforta unido fuertemente a ti, entre calidos y silenciosos rayos dorados donde deseo andar por tiempo infinito. No sabes cuanto te he imaginado. Todo esto es irremediable, hasta para mí, solo le pido a Dios que esto no sea un sueño divino; en el cual despierto y me llevo una gran decepción de mi subconsciente. La realidad de este instante, nada mas lo podría saber… Yo; si esta claridad y gozo, si esta sonrisa de la vida es verdadera; por que tu estas como un rayo de sol ardiente quemándome a mi lado. Y quien sino tu mi amor? puedes decírmelo y quien sino tu mi amor? puedes hacerme despertar. Escrito por Jairo Hidalgo Erickson (ORIAJ.)

Tu haces mis sueños (Vol.1)

Junto mis parpados y ahí reapareces; te veo recorriendo tan jubilosa por esos caminos trazados en mi mente, que solo desembocan en mi anhelo, y yo simplemente te recreo tal cual eres, no digo nada y callo. La palabra de mayor dulzura para mi podría resultar sin temor aun, ese pecado imposible de perdonar hasta para el sacerdote más indulgente. Tratar de artículos como palabra alguna seria como quebrantar la paz del paraíso, en el cual solamente se escucha la maravillosa sinfonía de tus signos, que llegan hasta mis rudos oídos. Flotando en el mar de tus aromas que despiertan el sentimiento de envidia en las flores mas esbeltas y finas, preferir sonidos por ave que fuese, daría la certeza de romper bruscamente el equilibrio perfectamente logrado entre esos ojos relucientes, deslumbrantes, como astros celestes; brillando en la oscuridad de la noche y aquella sonrisa que resulta incomparable, con la que individualmente me arrojas a tus designios. Me despojo de todas mis armas sin que este hecho alerte mi cuerpo. Por todo eso es que mi alma calla, cuando en realidad lo que desea es gritar, proclamar a todos los confines, mis anhelos, pero eso seria todo; seria perderte irremediablemente renunciar a tu imagen, a tus encantos; seria dejar de apreciar la rebeldía de tu pelo reuyendole incansablemente a tus finas manos, resultaría la pérdida total e irreparable de la presencia hechizadora de tu voz, seria renunciar a ti como un todo y eso es incompatible para con mi existencia. Escrito por Jairo Hidalgo Erickson (ORIAJ.)